jueves, 21 de julio de 2011

¿Nos toman el pelo?


Ayer se produjo la noticia que muchos llevábamos tanto tiempo esperando: la dimisión de Francisco Camps como presidente de la Generalitat Valenciana. Después de casi dos años y medio dándole vueltas al caso Gürtel, negando una y otra vez haber recibido regalos a cambio de favores (algo que tiene un nombre: soborno) y apoyándose hasta la extenuación en Rajoy y en sus fieles y obstinados compañeros de partido, Camps sale de un Gobierno en el que, para qué mentir, todavía mucha gente confía ciegamente, a pesar de todas las evidencias que prueban las irregularidades cometidas en su seno.

Supongo que gran parte de esos leales seguidores se desinforma diariamente viendo Canal 9. Ayer, la segunda edición de su informativo daba la noticia de la dimisión de Camps de la siguiente manera:
La notícia política del dia és l'anunci de la dimisió de Francisco Camps com a president de la Generalitat. Una decisió, ha dit, presa voluntariament per a no perjudicar el PP i donar suport a Mariano Rajoy. Camps ofereix el seu càrrec per a fer possible que, amb un govern del PP, Espanya recupere la senda del creixement. Se'n va proclamant la seua innocència i amb la satisfacció d'haver treballat sense descans per l'interès de tots els valencians durant els 8 anys que ha estat al capdavant de la Generalitat, amb tres majories absolutes consecutives.
Atención a la frase en cursiva, por favor. ¿Acaso no es eso una descarada manifestación de adoctrinamiento político? Es innegable que esa oración presupone que, con un gobierno estatal del Partido Popular, España iría mejor económicamente. Bien, cada cual tiene su opinión y me parece respetable que haya quien crea tal cosa, pero un medio de comunicación -y más un medio público- anula cualquier ética periodística al dar por hecho que un determinado partido político gobernaría mejor que otro.

¿Y esa aseveración de que Camps ha trabajado por el interés de los valencianos durante sus mandatos? Permitidme que lo dude: el expresidente (qué bien suena esto, ¡por fin!) ha querido acabar con la lengua valenciana, tachando de fundamentalistas en más de una ocasión a aquellos que la defendemos y la valoramos; ha apoyado firmemente la prolongación de la avenida Blasco Ibáñez que, de llevarse finalmente a cabo, acabaría con una parte importante del barrio histórico del Cabañal; ha gobernado para los que más tienen, importando atracciones para los pijos y los ricos (Fórmula 1, hípica, vela, etcétera)... y ésta es sólo una muestra de una larga lista que todos sabríamos construir.

Obvia decir que Canal 9 no retransmitió ninguna declaración de miembros de cualquier otro partido que no fuera el PP, con lo que la noticia sobre la dimisión de Camps se teñía de un sólo color -azul- y destilaba un poco camuflado apoyo al expresidente, considerándolo explícitamente inocente.

Noticia, la de Canal 9, sin duda muy diferente a la que daba La 1 del mismo acontecimiento:
Francisco Camps ha presentado esta tarde su dimisión como presidente de la Generalitat Valenciana. Camps, que va a ser juzgado por aceptar regalos de la trama Gürtel, ha defendido su inocencia. Asegura que no han podido demostrar nada y que se va con menos de lo que llegó. Dimite cinco días después de que el juez abriera juicio oral contra él. Hoy ha sido un día de mucha tensión en Valencia. Dos de los procesados con él han llegado a admitir su culpabilidad ante el Tribunal para pagar la multa y evitarse el juicio. Y cuando se daba por seguro que el presidente de la Generalitat haría lo mismo, finalmente ha dimitido.
No hace falta comentar nada, ¿no? Se ve claramente que la noticia se ciñe a los hechos objetivos, traslada a los telespectadores las declaraciones de Camps y contextualiza los hechos. Lo que se llama un ejercicio periodístico muy adecuado. Ahora, volved a leer la noticia de Canal 9 y buscad algún rastro de objetividad y contextualización. Nada, ¿verdad?

A continuación, La 1 conecta en directo con las sedes del PP de Madrid y Valencia. Los periodistas enviados comentan el ambiente que se vive en ambos emplazamientos. Después, José Blanco, del PSOE, comenta la dimisión. Y esto sólo en el sumario: la noticia entera se puede ver aquí.

Esta mañana, en el programa Bon dia de Canal 9, han emitido varios vídeos que informaban sobre la dimisión de Camps. Todos estaban, en efecto, claramente manipulados y se mantenían lejanos a los hechos reales; uno en especial ha llamado mi atención. En una especie de repaso a la trayectoria de Camps, la periodista -si se le puede llamar así- enumeraba las hazañas del molt honorable. El conjunto venía a decir que, gracias a Camps, tenemos AVE, más turismo, hospitales nuevos, más investigación científica y tecnológica, etcétera. Además, según Canal 9 Camps es un entusiasmado defensor de la nostra llengua i les nostres tradicions. No encuentro el vídeo por ninguna parte, pero sin duda ha sido digno de ver. Muy emotivo, la verdad; a la locutora sólo le faltaba soltar la lagrimilla y llorar un ¡hasta siempre, benvolgut president!

En fin, ¿nos toman el pelo? ¿Qué hay que hacer para que cese esta atrevida manipulación? ¿A quién o a qué hay que quejarse? ¿Cómo queremos que en la Comunidad Valenciana gane otro partido que no sea el PP, si tiene a su servicio instrumentos tan eficaces de tergiversación de la información?

Por cierto, hoy El País publica lo siguiente
Todos, Rajoy y Cospedal incluidos, se fueron a la cama pensando que el president se declararía culpable. Rajoy y Camps hablaron también a última hora, y aunque ambos coincidieron en que la solución no era buena, decidieron seguir adelante. Nadie en los últimos días descartaba la dimisión del todo, porque veían a Camps muy tocado, pero le habían visto tantas veces resistir y resistir que no lo querían creer. Por eso se resolvió que se declaraba culpable. (...) El letrado de Camps, y por tanto no un hombre enviado por Génova sino alguien de su absoluta confianza, llegó a presentar en el tribunal el escrito en el que reconocía el delito y anunció que estaba a la espera de que su cliente viniera a firmarlo. (...) El juzgado anunció que el abogado de Camps había comunicado que el president se disponía a acudir para firmar el documento que había presentado su abogado, esto es para reconocerse culpable. Pidió así el favor de que ampliaran el horario de cierre. Le había costado mucho decidirse, pero parecía hecho.
Vayamos más allá de la dimisión de Camps. Pensemos qué le ha hecho cambiar de estrategia tantas veces durante estos últimos dos años. Reflexionemos sobre qué le llevo a reconocer, hace unos días, que podía haber recibido trajes -aunque como líder del PP y no como presidente de la Generalitat-. Analicemos qué relación extraña puede existir entre Rajoy y Camps para que el número 1 del PP haya defendido a capa y espada a su barón valenciano y no haya tomado ninguna determinación tajante en cuanto a su futuro político -que está y siempre ha estado en manos de Rajoy-. Reconozcamos la expresión estratega y ahogada en la cara de Federico Trillo mientras ayer escuchaba las palabras de despedida de Camps en el Palacio de la Generalitat.


Una última cosa: ¿no os llama la atención la poca credibilidad de Camps cuando se defiende de las acusaciones, la risilla nerviosa y de superioridad que se le escapa cada dos por tres, los ojos cansados que contrastan con las palabras de inocencia que salen de su boca, la blandura de sus gestos, su voz ahogada y sin proyección? ¿No son ésas pruebas suficientes para declarar a Camps culpable? Quizá no en ante la Justicia, pero sí ante nuestra inteligencia.

Para acabar, una recomendación: Canal 9 y los periodistas dobles.