martes, 28 de junio de 2011

Asco de política

En días como hoy me sorprende cómo algunos (no todos) presentadores de informativos pueden mantener una expresión neutra e impasible cuando dan ciertas noticias.

Hace unos minutos veía las noticias de la 1. Tengo temporadas en las que no me informo en absoluto, lo confieso, y si lo hago es a través de periódicos en papel o digitales. En otras, me vicio a los informativos. Me basta con ver uno para engancharme y quererlo ver al día siguiente.

En fin, a lo que iba. Después de los titulares, la gran Ana Blanco ha presentado la noticia más importante del día, por lo que parece: el debate sobre el estado de la Nación. La palabra "noticia" la he puesto en cursiva porque eso, de novedad, tenía poco: presidente divagando y obviando la realidad, parlamentarios del PSOE aplaudiendo, parlamentarios de otros grupos políticos inmóviles, portavoces de la oposición criticando el discurso del presidente, portavoz del PSOE poniendo por las nubes ese mismo discurso. ¿Cuántas veces hemos visto, leído, o escuchado lo mismo sobre las sesiones del Congreso de los Diputados?

La Cámara Baja de este país se ha convertido en un espacio similar al patio del colegio: hay bandos que no se mezclan ni se miran, hay protagonistas que atacan y ridiculizan al niño que le pegó ayer y hay un moderador que hace el papel del profesor que intenta poner orden, sin éxito, en medio de un montón de descontrolados chiquillos. El ingenio infantil se premia con los aplausos de los amiguitos del paridor de la ocurrencia, y los aludidos gesticulan indignados o permanecen como rocas tragando saliva amarga. He aquí un ejemplo que fue celebradísimo por mucha gente pero que a mí, honestamente, me hizo replantearme la (más o menos favorable) opinión que tenía sobre Rubalcaba:


Yo no digo que la política tenga que ser algo extremadamente serio o grave, o que no haya que tomársela con una pizca de un humor que a todos nos alegra la vida. Sin embargo, me es inevitable preguntarme si realmente es ético y aceptable que todos, con nuestros impuestos, estemos pagando sueldos a personas que se dedican a aparecer de vez en cuando por un Parlamento en el que se dedican a tirarse los trastos a la cabeza los unos a los otros, sin proponer soluciones o sin cooperar para caminar juntos hacia una mejora de todos y no sólo de unos cuantos privilegiados que buscan, a toda costa, perpetuarse en el poder.

Porque eso es lo que quieren: sentar sus acomodados culos en esos sillones de piel durante el mayor tiempo posible. No quieren gobernar para el pueblo sino, de forma indirecta, gobernar para sí mismos: aprobar medidas "populares" que fuercen al ganado a darles su voto en las elecciones siguientes. ¿Si no por qué el Gobierno ha anulado, sólo tres meses después de firmarla, la ley que prohibía a los vehículos circular a más de 110 kilómetros por hora? Ah, claro, es que el combustible ha bajado de precio: ahora que los bancos y la economía volverán a salir ganando, anulemos una disposición que ha evitado numerosas muertes y ha contribuido a reducir la contaminación. Porque lo único que importa es el dinero y retomar medidas que nos aseguren el triunfo en los próximos comicios. 

La verdad es que no me interesa lo más mínimo lo que haya dicho hoy Zapatero en el Congreso. Lo que me indigna es la actitud de los políticos hacia sus palabras: los socialistas, sin excepción, se levantan de sus asientos y aplauden enforverecidamente, al margen de si el discurso les ha gustado o no. Es lo que tienen que hacer. Forman parte de un partido, de un sistema: siguen sus dictámenes ciegamente y anulan su individualidad. Los opositores, lo mismo: seguro que a bastantes les ha parecido adecuada la comparecencia del presidente, pero oh Dios mío, ¿quiénes serían si osaran levantarse a aplaudir? ¿Traicionar a su masa ideológica? Eso nunca. No vaya a ser que me expulsen y mi sueño de llegar a controlar un 0,01% del país se vaya al garete.

Y los medios de comunicación dan, día tras día, noticias como ésta. Uno de los criterios que debe cumplir una noticia es tener algo de novedad. Así que noticia será cuando Rajoy se trague el orgullo y aplauda a Zapatero, cuando este último admita ser humano y haberse equivocado en alguna de sus obras o declaraciones, o cuando Gobierno y oposición cooperen para corregir los errores cometidos. Hasta entonces, ¿qué tenemos? ¿Viejicias?

4 comentarios:

  1. Creo qe con el símil del patio del colegio has descrito a la perfección la política española. Es muy triste que sea así, la verdad. Confiemos en que todo el jaleo del 15M acabe desembocando en que, poco a poco, llegue a tener algo más parecido a un gobierno.

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  2. Buf, esperemos. De momento lo único que hacen los políticos es ignorar el movimiento. De hecho, hoy Zapatero ha hablado de él en el Parlamento sin referirse a él como el 15M (lo que pasa es que se adivinaba de qué estaba hablando). Saben que la indiferencia conduce al olvido, y si el movimiento no se mantiene firme acabará sepultado por la historia...

    Por cierto, qué tal el orgullo? Chuli eh? Jaja.

    Un saludo!

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  3. Sí ^^ Me moló mucho! No había ido ninguna vez y a partir de ahora seguro que repito!! :D Sólo espero que la próxima vez pueda ir con un par de amigas que están juntas, pero les da vergüenza que la gente lo sepa ¬¬ Mientras tanto yo iré por ellas, que a mi me da igual que mi madre me mire raro por decirle que había ido a la manifestación! XD

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